La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) dio a conocer su Informe de Tendencias del Mercado del Cobre, correspondiente al cierre del tercer trimestre de 2024, donde detalla las proyecciones del precio, la demanda y la oferta del metal rojo para los próximos dos años.
Para 2024, Cochilco estima un precio promedio del cobre de US$4,15 por libra, mientras que para 2025 se mantiene la proyección de US$4,25 por libra. Sin embargo, la entidad advierte que diversos factores podrían generar volatilidad en el mercado, incluyendo tensiones geopolíticas, políticas monetarias restrictivas y fricciones comerciales entre Estados Unidos y China, las cuales podrían impactar negativamente la demanda del metal.
En términos de consumo mundial de cobre refinado, se espera un aumento del 2% en 2024, alcanzando 25,7 millones de toneladas métricas, impulsado por sectores como los vehículos eléctricos, la infraestructura energética y tecnologías emergentes.
China liderará este crecimiento, especialmente por la expansión de la producción de vehículos eléctricos, que mantiene un aumento superior al 30% y una participación de mercado cercana al 40%. Para 2025, se proyecta una desaceleración en China, con un crecimiento de consumo del 1%, mientras que el resto del mundo incrementará su consumo en 4,9%, destacándose Europa y Estados Unidos como los principales impulsores.
En cuanto a la producción mundial de cobre de mina, se prevé un crecimiento del 2,7% en 2024, alcanzando 22,4 millones de toneladas, con Chile aportando 158 mil toneladas adicionales, lo que representaría un incremento del 3% respecto a 2023.
Para 2025, se proyecta un aumento del 3,9%, situándose en 23,2 millones de toneladas, con Chile liderando la producción global con un incremento de 325 mil toneladas, alcanzando 5,73 millones de toneladas y consolidándose como el principal productor mundial.
Cochilco también subrayó que la incertidumbre política global podría alterar las cadenas de suministro, impactando la electrificación y el crecimiento en sectores clave como los vehículos eléctricos y las energías renovables. A pesar de estos riesgos, las proyecciones reflejan una visión optimista para la industria del cobre, con una demanda sostenida y un crecimiento en la producción a nivel mundial.