La empresa Cemin alerta sobre las posibles repercusiones del rechazo del proyecto de continuidad de la Planta Catemu

Mauricio Álamo, presidente ejecutivo de Cemin Holding Minero, expresó su preocupación ante la posible negativa del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) a la solicitud de prolongación de la vida útil de su Planta Catemu, cuya operación data desde 2006.

Álamo declaró que “estamos tramitando una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) desde hace tres años para garantizar la continuidad de la planta. Sin este permiso, nos veríamos obligados a iniciar el cierre definitivo de la operación”.

El presidente ejecutivo de Cemin señala que el rechazo de la solicitud podría tener serias repercusiones. “La recomendación de rechazo nos sitúa en una posición difícil debido a las posibles consecuencias para cerca de 1.500 personas que trabajan directa e indirectamente con la empresa, entre contratistas, proveedores y pequeños mineros. Es relevante señalar que el 75% de los empleos que genera la empresa son de la región y aproximadamente la mitad son locales”, manifestó Álamo.

Según Álamo, el rechazo afectaría también a la Agencia de Compra, que constituye la principal fuente de compra a pequeños mineros de la zona por acuerdo con Enami. El reciente dictamen del SEA en contra del proyecto sorprendió a la empresa, dada la extensa tramitación de 15 meses, que incluyó dos participaciones ciudadanas. Álamo apunta que la empresa ha realizado ajustes considerables en su propuesta inicial en respuesta a las inquietudes de la comunidad y los organismos técnicos.

Cemin ha solicitado a diversas autoridades locales y nacionales que revisen la recomendación del SEA antes de llevarla a votación. Álamo subraya que el informe que recomienda el rechazo del proyecto contiene errores significativos y problemas de interpretación.

Por último, Álamo hace hincapié en la solidez técnica del proyecto y su cumplimiento con toda la normativa. No obstante, la empresa ha propuesto una serie de compromisos voluntarios adicionales para garantizar la tranquilidad de los organismos evaluadores.