La Superintendencia del Medio Ambiente Impone Multa de $7.583 Millones a Proyecto Minero por Graves Incumplimientos Ambientales

La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) multó con 10.000 Unidades Financieras Anuales (UTA),equivalentes a aproximadamente $7.583 millones, contra el proyecto minero de SCM Minera Lumina Copper Chile S.A., ubicado en la Región de Atacama. Esta sanción se debe a dos graves infracciones ambientales que han comprometido la conservación de la calidad de las aguas superficiales y subterráneas en la Cuenca de Ramadillas.

El proyecto minero, conocido como «proyecto Caserones», se encuentra 160 kilómetros al sureste de Copiapó, en la comuna de Tierra Amarilla. Sus operaciones incluyen la producción y venta de concentrado de cobre, cátodos de cobre y concentrado de molibdeno a partir de la explotación a cielo abierto. Los residuos resultantes de este proceso son depositados en embalses situados en las quebradas de Caserones y La Brea, ambas confluyen en el Río Ramadillas, un afluente del Río Pulido, que a su vez desemboca en el Río Copiapó.

Las infracciones detectadas se refieren a la construcción inadecuada de las zanjas corta fuga en los depósitos de lamas y arenas. Estas zanjas, que deben funcionar como barreras para prevenir la filtración de materiales potencialmente dañinos, fueron construidas solo en el relleno aluvial, sin las inyecciones de lechada de cemento que debían llegar hasta la roca de baja permeabilidad. Esta medida preventiva fue establecida durante la evaluación ambiental del proyecto, pero no se cumplió adecuadamente.

Las violaciones fueron descubiertas durante las inspecciones realizadas entre 2015 y 2018 por la oficina regional de SMA en Atacama, en respuesta a una serie de denuncias de la comunidad local y la comunidadindígena Colla, quienes expresaron su preocupación por el impacto en los recursos hídricos de la región.

En respuesta a estas infracciones, la Superintendenta del Medio Ambiente, Marie Claude Plumer, reiteró la importancia del cumplimiento ambiental por parte de los titulares de los proyectos. «No basta con contar con los permisos, el cumplimiento ambiental es un imperativo, es decir, las empresas deben cumplir con los compromisos que establecen para poder funcionar. Esto es parte de las reglas del juego», destacó Plumer.