Londres ha dejado de ser la principal sede global para la cotización de empresas mineras, siendo superada por Nueva York, Toronto y Sydney. Esta transición se debe a la búsqueda de mayor liquidez por parte de las empresas del sector. Según datos de S&P Global Market Intelligence, la capitalización de mercado de las acciones mineras en Londres ha caído a 272 mil millones de dólares en 2023, comparado con los 322 mil millones de 2018. En contraste, los mercados de Australia, Canadá y Estados Unidos ahora tienen sectores mineros valorados en más de 325 mil millones de dólares cada uno.
Desde 2020, las empresas mineras en la Bolsa de Londres han recaudado solo 8 mil millones de dólares, una cifra que representa menos de una cuarta parte de lo recaudado en Sydney y Toronto. Este descenso subraya la incapacidad de Londres para atraer a empresas tecnológicas de alto crecimiento, y plantea el riesgo de perder su ventaja histórica en un sector crucial para la transición a energías más limpias. Robert Crayfourd, gestor de carteras en CQS, advierte sobre la importancia de mantener el enfoque en la innovación y apoyo a las acciones mineras, para evitar que las empresas busquen otros centros financieros.
Londres, que históricamente ha atraído a grandes compañías mineras desde finales del siglo XIX, está viendo cómo se reduce su influencia. En 2022, el mercado londinense sufrió un doble golpe: los productores de oro rusos dejaron de cotizar en la LSE tras la invasión de Ucrania, y BHP trasladó su cotización principal a Australia. La potencial salida de otras grandes compañías como Rio Tinto y Glencore, que están considerando cotizar en Nueva York, representa un riesgo significativo para Londres.
La mayor liquidez y valoraciones en Estados Unidos han hecho de este país un destino atractivo para las grandes empresas mineras, mientras que fuera de Europa, las empresas encuentran inversores menos exigentes en términos de criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Además, la preferencia de los inversores por empresas que producen metales esenciales para la transición verde, como el cobre, ha disminuido la popularidad de las mineras diversificadas en Londres, que producen hierro, carbón y diamantes.
El director de desarrollo de negocios internacionales de la bolsa de Londres, Tom Attenborough, destacó la necesidad de atraer más capital al mercado londinense para contrarrestar la salida de empresas mineras de tamaño mediano. En una reciente conferencia, Jim Rutherford, presidente de la minera de oro Centamin, señaló que el exceso de regulación en Londres dificulta la obtención de financiamiento y añade responsabilidades onerosas a los miembros del consejo. Por su parte, Dean McPherson de TMX, propietaria de la Bolsa de Valores de Toronto, sugiere que empresas como Glencore y Rio Tinto deberían considerar trasladarse a Toronto, subrayando que los datos respaldan esta decisión.