La venta del 10% del yacimiento de cobre Quebrada Blanca por parte de Enami a Codelco por US$520 millones generó desacuerdos en la Sociedad Nacional de Minería (Sonami). Esta entidad, que puede nominar a dos directores en Enami, votó en contra de la operación, expresando que esta venta perjudica a la estatal chilena y se realizó sin la debida planificación financiera para Enami. Jorge Riesco, presidente de Sonami, fue uno de los más críticos de la decisión, señalando que el proceso fue apresurado y careció de un análisis profundo sobre el impacto para Enami.
Según Riesco, la venta no aborda los problemas estructurales y financieros que enfrenta Enami. En su opinión, esta operación es un “desmantelamiento” de la empresa, al prescindir de un activo que podría generar flujos importantes. Considera que Codelco se aprovechó de la situación financiera de Enami para adquirir el 10% de Quebrada Blanca sin un plan que contemple una solución de fondo para la estatal.
Riesco también expresó su molestia por la falta de transparencia en el proceso, criticando la manera en que se aprobó la venta sin tomar en cuenta las advertencias de Sonami. A pesar de haber enviado una carta al Presidente de la República en julio, la respuesta fue tardía y, según Riesco, se tomó la decisión sin considerar las preocupaciones de Sonami y el sector minero.
Desde Sonami también se cuestiona la valorización del proyecto y se sugiere que la participación en Quebrada Blanca pudo haberse vendido a un mejor precio si se hubiera licitado. La organización sostiene que el valor de la empresa es mayor al precio pagado por Codelco y que, en el largo plazo, esta operación podría perjudicar a Enami sin resolver sus problemas financieros de raíz.
Finalmente, Riesco subraya que Sonami continuará investigando la operación y buscará que se asuman las responsabilidades pertinentes, ya que considera que esta venta se realizó con poco respeto por las opiniones del sector minero y podría tener consecuencias graves para Enami en el futuro.